TÒXICOS

 

 

 

TÓXICOS EN EL HOGAR

En los últimos años, las pruebas científicas han mostrado la relación entre la exposición a determinadas sustancias químicas y diversos efectos sobre la salud, tales como alergias, dificultades en el aprendizaje, algunos tipos de cáncer, infertilidad y otros problemas reproductivos. La exposición puede provenir del aire que respiramos, los alimentos que consumimos, el agua que bebemos, el entorno en el que vivimos, tanto en el interior de los edificios como en el exterior, y los productos que utilizamos. Por ejemplo, cuando respiramos, el polvo de nuestras casas u oficinas, que porta sustancias químicas procedentes de los productos allí presentes, penetra en nuestro cuerpo. También respiramos sustancias químicas en forma de vapores, por ejemplo, a través del olor de un sofá o un colchón nuevo. La piel es otra puerta de acceso, pues absorbe directamente sustancias químicas de las cremas y lociones.


No aparecen en las etiquetas
Las sustancias químicas industriales perjudiciales están presentes en numerosos productos de uso diario: artículos de cuidado personal y cosméticos, fragancias, productos de limpieza doméstica, muebles, aparatos electrónicos, colchones, alfombras, cables, textiles, luminarias, utensilios y menaje de cocina, envases alimentarios, ropa, consumibles de oficina, juguetes, etc. Pero raramente figuran en la etiqueta de los productos o, si lo hacen, aparecen entre otras muchas sustancias químicas, y es difícil saber cuáles pueden ser perjudiciales.


¿Cómo podemos evitar la exposición a estas sustancias químicas dañinas si no sabemos cuáles se han utilizado en la fabricación de los productos que compramos y cómo pueden perjudicarnos?


Derecho a saber… si se les pregunta
A mediados de 2007, un nuevo sistema de sustancias químicas en Europa llamado REACH se convirtió en normativa obligatoria. A pesar de sus carencias, otorga a los consumidores europeos el “derecho a saber” las sustancias químicas más perjudiciales contenidas en los productos.


Si se les solicita, las empresas tienen la obligación de informar, de forma gratuita y en el plazo máximo de 45 días, si un determinado producto contiene alguna sustancia química de las incluidas en la lista de REACH de las sustancias “más perjudiciales” (substance of very high concerne, SVCH). Además, la empresa debe facilitar la información necesaria para que se pueda utilizar el artículo de manera segura. Esta información se puede solicitar antes o después de comprar un producto. Por lo tanto, actualmente el consumidor puede elegir estando mejor informado acerca de lo que compra y cómo se utiliza.


Si estás interesado en preguntar a un fabricante si el producto que tú consumes lleva alguna sustancia SVCH de las que aparecen en el Reglamento REACH. Te recomendamos llevar una copia cuando vayas de compras, de forma que si quieres, puedas rellenar, firmar y entregar en el propio establecimiento o enviar al fabricante.


No solo te beneficias tú
Ten en cuenta que, al solicitar esta información, se transmite a las empresas el deseo de adquirir productos más seguros. Al mismo tiempo, también se traslada a los legisladores que el consumidor está preocupado por la seguridad de las sustancias químicas y se insta a los gobiernos a que añadan otras sustancias químicas perjudiciales a la lista.


Si quieres ver el listado actual de las SVCH, pincha aquí
Existe otra lista que persigue los mismos fines que la oficial de REACH, pero está más actualizada y recoge mayor número de sustancias potencialmente peligrosas. Incluye, por ejemplo, nonilfenol, solventes o pesticidas, que no están presentes en la anterior. Entre los firmantes de este proyecto se encuentra el BEUC (Organización de Consumidores Europea a la que pertenece la OCU). Si quieres ver este listado, pincha aquí

 

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TÓXICOS EN PRODUCTOS NO ALIMENTICIOS

Champúes
- Dietanolamina (DEA). cocamide DEA, lauramide DEA, lauramide MEA, trietanolamina (TEA). Estos son produntos presentes en champus que son cancerígenos y contaminantes.
- Lauril sulfato de sodio. Irritación, alergias. Combinado con aminas es cancerígeno.

Jabones y productos para el afeitado
-"Bromo", "yodo", "cloro". Alergias, posibles cancerígenos, contaminantes.
-Ácido etilendiaminotetraacético EDTA. Contaminante.
-Perfume, fragancia. Alergias, cáncer. Se acumulan en la leche materna y tejido adiposo. Si el ingrediente oloroso es natural aparecerá bajo el nombre "aceite esencial".

Dentífricos y enjuagues
-Clorhexidina y triclosán. Favorecen la aparición de bacterias resistentes y afectan a la flora positiva. El triclosán puede alterar la función hepática y suele estar contaminado con las cancerígenas dioxinas.

Geles de baño
-Polietilenglicol (PEG) y derivados. El prefijo “Peg-” y el sufijo “-eth” en combinación con un número señalan las sustancias derivadas. También pueden aparecer en la etiqueta bajo el nombre Poliglicol, Polisorbato o Copoliol.
- DMDM Hidantoína. Formaldehído. Imidazolidinil-Urea, Diazolidinil-Urea, 2-Bromo-2-Nitropropane-1,3-Diol, Bronidox, 5-Bromo-5-Nitro-1, 3Dioxane. Irritan mucosas, provocan alergias, envejecimiento prematuro. Cancerígenos.
- Goma xantana. Carragenato. Obtenida por fermentaciones de bacterias transgénicas. El carragenato provoca cáncer en animales.

Leches y aceites corporales
-Aceite mineral, parafina, petrolatum, dimeticona, cera microcristalina, silicona. Derivados del petróleo. Interfieren el proceso de eliminación de toxinas y promueven el acné y las reacciones alérgicas. Algunas parafinas se pueden almacenar en el hígado, los riñones y los ganglios linfáticos. Pueden estar contaminados con cancerígenos hidrocarburos aromáticos policíclicos.

Desodorantes
-Parabenes (metilparaben, etilparaben, butilparaben y propilparaben). Interfieren con el sistema endocrino, especialmente el femenino. Posible cancerígeno.
-Clorhidrato, sulfato y otras sales de aluminio. Pueden provocar eccemas y otros trastornos cutáneos. Sobrecargan el cuerpo con aluminio, metal que puede favorecer enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como el Alzheimer.


-Butane, propane. Dermatitis de contacto. También pueden provocar accidentalmente irritaciones en los ojos y el sistema respiratorio, y agravan los síntomas de asma.
-Dibutil ftalato DBP. Provoca problemas en el sistema reproductivo, altera el desarrollo de los fetos y de los bebés y favorece la aparición de cáncer. En estudios animales se ha demostrado tóxico para el hígado, los riñones, los testículos y el sistema nervioso. Investigaciones recientes han hallado que las mujeres en edad reproductivas son las que más acumulan este tóxico en el cuerpo. Ingredientes similares son dietilhexil ftalato DEHP, dietil ftalato, dimetilftalato.

 

 

 

TÓXICOS EN PRODUCTOS NO ALIMENTARIOS

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